Cómo saber si necesitas un rediseño web

Mesa de trabajo de un diseñador con un monitor que muestra el proceso de un rediseño web, con el texto "Cómo saber si necesitas un rediseño web".
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Tu página web es como tu casa o tu local en el mundo digital. Es el primer sitio al que llegan tus posibles clientes para conocerte. Y, como en cualquier casa, de vez en cuando hay que plantearse si toca una reforma.

Pero, ¿cómo sabes si tu web solo necesita una mano de pintura o si ha llegado el momento de una reforma integral?

A veces las señales son evidentes, pero otras son más sutiles y están afectando a tu negocio sin que te des cuenta. Si te identificas con varias de las preguntas que vienen a continuación, probablemente la respuesta sea: necesitas un rediseño web.

 

1. Si tu web fuera una persona, ¿qué edad dirías que tiene?

Sé sincer@. Entras en tu web y la ves… anticuada. Te recuerda a cómo era internet hace diez años. Colores que ya no te representan, una estructura un poco rara, tipografías que se han quedado viejas.

La señal: Tu diseño no solo parece anticuado, sino que ya no refleja la profesionalidad y la calidad de lo que ofreces hoy.

Un diseño desfasado no solo es feo, es que genera desconfianza. Si tu escaparate digital se ve viejo, los clientes pueden pensar que tus servicios o productos también lo son.

Ejemplo de diseño web anticuado y obsoleto de los años 90 con barra de navegación, menú de páginas y texto de relleno.

 

2. ¿Tus visitas tienen que hacer zoom con los dedos para leer en el móvil?

Coge tu móvil ahora mismo y entra en tu web. ¿Puedes leer los textos cómodamente? ¿Puedes pulsar los botones sin dejarte el dedo en el intento? Si la respuesta es no, tienes un problema, y es de los gordos.

La señal: Tu web no es «responsive», es decir, no se adapta a los diferentes tamaños de pantalla.

Más de la mitad del tráfico de internet viene de dispositivos móviles. Si la experiencia en el móvil es mala, no solo estás perdiendo clientes frustrados, sino que Google te está penalizando en los resultados de búsqueda. Es un doble KO.

Una persona sosteniendo un teléfono móvil donde se visualiza una página web no responsive, mostrando un diseño desorganizado con texto e imágenes ilegibles.

 

3. ¿Tus amigos te dicen «qué lío, no encuentro nada»?

Le pides a alguien que busque tu número de teléfono, tus tarifas o cómo contactarte. Si tarda más de 10 segundos o se pierde por el camino, tienes un problema de usabilidad (UX).

La señal: Tu web es difícil de navegar y la información importante no está a mano.

Los menús deben ser claros y sencillos. Las llamadas a la acción («Pide tu cita», «Compra ahora», «Contáctame») deben ser evidentes. Si tus visitantes se sienten perdidos, se irán a un sitio donde se lo pongan más fácil: el de tu competencia.

Ejemplo de un sitio web con mala usabilidad y navegación confusa, mostrando un menú desplegable complejo y múltiples llamadas a la acción poco claras.

 

4. ¿Te da tiempo a prepararte un café mientras tu web carga?

Todos lo hemos sufrido: entras en una página y la ruedecita de carga gira y gira… y al final te cansas y te vas. La paciencia en internet es casi inexistente.

La señal: Tu página tarda más de 3-4 segundos en cargar.

Una web lenta es uno de los principales motivos de abandono. Puede deberse a imágenes muy pesadas, un código anticuado o un mal servidor. Un buen rediseño optimiza todo esto para que tu web vuele.

Icono de una página web con un indicador de carga en el centro, simbolizando una velocidad de carga lenta.

 

5. ¿Tu web es un simple folleto o es una herramienta que te trae clientes?

Esta es la pregunta del millón. Tu web puede ser muy bonita, pero si no te ayuda a cumplir tus objetivos de negocio (conseguir contactos, vender, recibir llamadas…), entonces no está funcionando.

La señal: No recibes formularios de contacto, las ventas son nulas o las visitas se van sin hacer nada.

Una web moderna se diseña con un objetivo claro: la conversión. Se estudia el recorrido que debe hacer el usuario y se le guía de forma natural para que acabe realizando la acción que a ti te interesa. Si esto no ocurre, es que algo en el diseño o el mensaje está fallando.

Ejemplo de un sitio web con un diseño visualmente atractivo pero que carece de llamadas a la acción claras, resultando en una baja interacción del usuario.

 

6. ¿Tu negocio de hoy se parece poco al de cuando hiciste la web?

Quizás empezaste ofreciendo un servicio y ahora ofreces tres más. O has cambiado tu enfoque, tus valores o el tipo de cliente al que te diriges. Tu negocio evoluciona, y tu web debe hacerlo contigo.

La señal: El mensaje, las fotos o los servicios que muestras en tu web ya no representan fielmente lo que es tu empresa hoy.

Tu web es tu principal herramienta de comunicación. No puede estar contando una historia desactualizada. Un rediseño es la oportunidad perfecta para alinear tu presencia digital con tu realidad empresarial actual.

Ejemplo de un sitio web desactualizado que utiliza stock photos genéricas y un diseño obsoleto que no representa la realidad de un negocio moderno.

 

 

En resumen:

Y bueno, después de todo este rollo… ¿qué sensación se te ha quedado?

Si has asentido con la cabeza en varios puntos, es una señal clarísima. Piensa en el rediseño no como un coste, sino como la oportunidad de construir por fin el hogar digital que tu negocio se merece. Un sitio donde tus clientes se sientan a gusto y donde las cosas, simplemente, funcionen.

Me encantaría saber tu diagnóstico. ¿Cuál es el punto que más te ha «dolido» o con el que te has sentido más identificad@? ¡Te leo aquí abajo!

 

 

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